Encuentran estromatolitos en el lago Untersee
Encuentran estromatolitos milenarios vivos en el fondo del lago antártico Unterseen, que esta cubierto permanentemente por una capa de hielo.
Los estromatolitos son unos viejos conocidos de cualquier lector de NeoFronteras.Son estructuras creadas por seres vivos, pero por un tipo de ser vivo muy simple: cianobacterias. Estas células sin núcleo (procariotas) proliferaron hace miles de millones de años en colonias acumulando sedimentos. A lo largo de los años conseguían crear estructuras minerales que fosilizadas han llegado hasta nuestros días. Si quisiéramos imaginar algo parecido a un arrecife marino cuando todavía no existían las células con núcleo (eucariotas), y mucho menos seres pluricelulares, entonces podemos pensar en los estromatolitos. Se cree incluso que diversas especies podían proliferar en esos ambientes dotándolos de biodiversidad.
Cuando la vida eucariota y pluricelular surgió sobre la Tierra la era de los estromatolitos terminó, pues eran demasiado vulnerables frente a especies más complejas de seres vivos. Hay muy pocos sitios en el mundo en donde todavía hay estromatolitos. En ambientes marinos se conoce su presencia en la bahía de Hamelin en Australia y en Bahamas. En aguas continentales se pueden encontrar en unos pocos lagos y charcas de ambientes extremos, como en lagos hipersalinos de los Andes. Si las condiciones de vida acuática son extremas y no hay posibilidad de otro tipo de vida, entonces las cianobacterias vuelven a interpretar su antiguo papel y construyen estas rocas, capa a capa, poco a poco.
Ahora se ha encontrado otro de esos lugares especiales en donde crecen los estromatolitos: el fondo de un lago de la Antártida. Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender las condiciones en las que prosperó la vida primitiva en nuestro planeta. Recordemos que en determinados periodos la Tierra estuvo congelada en su mayor parte, así que las condiciones de ese algo se asemejan a las condiciones que hubo en esos periodos de tiempo. Sobre este tema hay además polémica dentro de ambientes académicos sobre si los periodos de bola de nieve recubrieron o no por completo al planeta de hielo y cómo pudo la vida sobrevivir al evento.
Dawn Sumner, de la Universidad de California en Davis, junto a otros colaboradores liderados por Dale Andersen, del Instituto SETI, describen el hallazgo en la revista Geobiology. “Estos paisajes microbianos son increíblemente bellos”, dice Sumner.
Estos investigadores han demostrado que en muchos lagos de ese continente prolifera una vida microbiana, pero según estos investigadores los estromatolitos del lago Untersee son los más interesantes y maravillosos. Untersee han buceado en al menos ocho de esos fríos lagos antárticos, afirma que aunque se conoce la existencia de estromatolitos en otros lagos antárticos los del lago Untersee no tienen comparación en tamaño y formas respecto a los demás.
Las aguas de este lago, cubiertas permanentemente por una capa de hielo, son extremadamente alcalinas y tienen grandes cantidades de metano disuelto. El lago Untersee, cubierto permanentemente por una capa de hielo, es uno de los lagos más raros del mundo; sus aguas, sobre todo los primeros 70 metros, son extremadamente alcalinas y sus sedimentos producen grandes cantidades de metano. De hecho, parecer ser que este algo es el cuerpo acuoso que proporcionalmente produce más metano en la Tierra.
Debido a estas condiciones el lago era atractivo a los ojos de estos investigadores, así que en 2008 (el sistema científico de investigación y publicación es más lento de lo que la gente suele creer) perforaron la capa de hielo dispuestos a ver lo que había allí.
Cuando la vida eucariota y pluricelular surgió sobre la Tierra la era de los estromatolitos terminó, pues eran demasiado vulnerables frente a especies más complejas de seres vivos. Hay muy pocos sitios en el mundo en donde todavía hay estromatolitos. En ambientes marinos se conoce su presencia en la bahía de Hamelin en Australia y en Bahamas. En aguas continentales se pueden encontrar en unos pocos lagos y charcas de ambientes extremos, como en lagos hipersalinos de los Andes. Si las condiciones de vida acuática son extremas y no hay posibilidad de otro tipo de vida, entonces las cianobacterias vuelven a interpretar su antiguo papel y construyen estas rocas, capa a capa, poco a poco.
Ahora se ha encontrado otro de esos lugares especiales en donde crecen los estromatolitos: el fondo de un lago de la Antártida. Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender las condiciones en las que prosperó la vida primitiva en nuestro planeta. Recordemos que en determinados periodos la Tierra estuvo congelada en su mayor parte, así que las condiciones de ese algo se asemejan a las condiciones que hubo en esos periodos de tiempo. Sobre este tema hay además polémica dentro de ambientes académicos sobre si los periodos de bola de nieve recubrieron o no por completo al planeta de hielo y cómo pudo la vida sobrevivir al evento.
Dawn Sumner, de la Universidad de California en Davis, junto a otros colaboradores liderados por Dale Andersen, del Instituto SETI, describen el hallazgo en la revista Geobiology. “Estos paisajes microbianos son increíblemente bellos”, dice Sumner.
Estos investigadores han demostrado que en muchos lagos de ese continente prolifera una vida microbiana, pero según estos investigadores los estromatolitos del lago Untersee son los más interesantes y maravillosos. Untersee han buceado en al menos ocho de esos fríos lagos antárticos, afirma que aunque se conoce la existencia de estromatolitos en otros lagos antárticos los del lago Untersee no tienen comparación en tamaño y formas respecto a los demás.
Las aguas de este lago, cubiertas permanentemente por una capa de hielo, son extremadamente alcalinas y tienen grandes cantidades de metano disuelto. El lago Untersee, cubierto permanentemente por una capa de hielo, es uno de los lagos más raros del mundo; sus aguas, sobre todo los primeros 70 metros, son extremadamente alcalinas y sus sedimentos producen grandes cantidades de metano. De hecho, parecer ser que este algo es el cuerpo acuoso que proporcionalmente produce más metano en la Tierra.
Debido a estas condiciones el lago era atractivo a los ojos de estos investigadores, así que en 2008 (el sistema científico de investigación y publicación es más lento de lo que la gente suele creer) perforaron la capa de hielo dispuestos a ver lo que había allí.
Cuando Andersen se sumergió en el lago Untersee se quedó boquiabierto (metaforicamente) al contemplar estromatolitos de medio metro de altura de color púrpura que surgía del fondo como si se tratara de percebes creciendo en un pecio. “Nunca habíamos visto nada parecido”, afirma Andersen.
Las muestras tomadas revelaron que en esas estructuras principalmente vivían cianobacterias y, dadas las condiciones extremas de vida, probablemente tardar décadas en construir cada capa de estos estromatolitos. Cada una de estas estructuras ha necesitado miles de años para formarse.
Al lado de estos estromatolitos en forma de túmulos crecen unos bultos en forma de abeto más pequeños que también han sido vistos en otros lagos antárticos. En el primer caso hay principalmente bacterias del género Phormidium, mientras que en los “abetos” proliferan las del género Leptolyngbya.
Esto contrasta con lo visto en otros sitios, en donde los distintos tapetes microbianos forman estructuras con una gradación de formas, mientras que en este caso se dan dos formas diferenciadas y específicas.
Este mismo equipo ha estudiado recientemente los lagos antárticos Vanda y Joyce en donde no han encontrado estromatolitos de ese tipo. Las condiciones varían de un lago a otro, haciendo que cada unos de ellos (dentro de las mismas frías condiciones) sea único. Así por ejemplo, el lago Vanda tiene una capa de hielo más transparente que deja pasar más luz. El lago Joyce tiene una capa más gruesa y limita más la proliferación de organismos fotosintéticos.
Entender qué hace al lago Untersee diferente de los demás puede ayudar a los científicos a comprender los límites de la vida, tanto en el pasado distante como en el presente. Quizás se puedan obtener más respuesta cuando Andersen y su equipo retornen al lago Untersee en el próximo noviembre a tomar más muestras. Esperemos que este tipo de investigaciones no contaminen este ambiente tan primordial.
De todos modos, ¡qué bonito debe ser bucear en este lago y “retroceder” de ese modo 3000 millones de años en el tiempo! A veces la ciencia es realmente una aventura.
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