Un ordenador de un milímetro cúbico

Un nuevo sensor informático inalámbrico de apenas un milímetro cúbico de tamaño se podría implantar, con el tiempo, en los ojos de las personas con glaucoma, para realizar lecturas de presión las 24 horas del día y transmitir los datos a los médicos.

El nuevo dispositivo incluye un procesador, memoria, un sensor de presión, una célula solar, una batería de litio de película delgada y un transmisor en un diminuto rectángulo de vidrio. Los investigadores de la Universidad de Michigan informaron sobre el dispositivo a principios de esta semana en la “Internacional Solid-State Circuits Conference” celebrada en San Francisco.
El sensor realiza lecturas de presión cada 15 minutos y almacena los datos en la memoria hasta que se pueden enviar a un dispositivo externo. La célula solar, que mide sólo 0,07 milímetros cuadrados, recarga constantemente la batería y necesita 1,5 horas de luz solar o 10 horas de luz interior para cargarla por completo.

Dennis Silvestre, un ingeniero eléctrico de la Universidad de Michigan, señala que la principal dificultad de la reducción del dispositivo no fue el tamaño de los circuitos, sino la pequeña cantidad de energía que la batería era capaz de proporcionar. Por lo que fue necesario diseñar cada componente para que utilizara la menor cantidad posible de energía.

El resultado es un sensor que consume sólo 5,3 nanovatios de media. Pero el ahorro de energía tiene un coste. El procesador funciona a tan solo 100 kilohercios (en comparación con el de alrededor de 1 gigahercio disponible en un teléfono inteligente), la memoria tiene una capacidad de apenas 4000 bits y el transmisor inalámbrico tiene un alcance de tan sólo unos 10 centímetros. Sin embargo, eso es suficiente para realizar una lectura de la presión y almacenarla durante varios días.













La foto basta para hacerse una idea del tamaño de este ordenador. El fondo una moneda de un céntimo de dólar –bastante parecida a la de dos céntimos de euro-. En total, un milímetro cúbico. No puede competir en prestaciones con un ordenador tradicional pero no por ello es menos sorprendente. Funciona como un sensor de presión intraocular capaz de alimentarse con energía solar y de comunicar los datos que almacena en una pequeña memoria de forma inalámbrica.