Moho mucilaginoso y desarrollo animal




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Encuentran similitudes estructurales y proteínicas entre el estadio final del moho del limo, cuando éste está sometido a estrés, y los órganos interiores o el desarrollo embrionario de animales superiores.
 
El moho del limo es ya un viejo conocido de nuestra web NeoFronteras. Es un buen modelo biológico sobre cooperación o sobre el origen de la multicelularidad. Veremos ahora un nuevo resultado sobre este ser. 
El moho del limo, o moho mucilaginoso, está compuesto por organismos similares a las amebas. Este tipo de ameba se alimenta individual y libremente de bacterias del suelo, pero si la comida escasea se agrega con otras para formar un cuerpo fructífero de unas 100.000 células. Algunas de ellas terminan siendo esporas, mientras que un cuarto de ellas forman un tallo que muere sacrificado para que las esporas del cuerpo fructífero sean dispersadas por el viento y vayan a parar a lugar más propicio en donde haya alimento. Las esporas germinan después para generar amebas y cerrar así el ciclo.
Ahora se ha encontrado que las estructuras que forman estos seres cuando se ven sometidos a estrés son muy similares a las que se encuentran en animales mucho más sofisticados. Además, dos proteínas que el moho del limo necesita para formar esas estructuras son muy similares a las que realizan la misma función en animales más sofisticados.
Al poco de formarse el embrión de un animal éste desarrolla una capa simple de células que forma una especie de pelota con un hueco en su centro. Para que esto ocurra, varias proteínas actúan para dirigir a las células y que éstas se organicen. Básicamente ayudan a que cada célula toque a su vecina pero se mantenga una superficie libre de otras células para que así se forme un hueco interior.
Incluso cuando el animal ya ha pasado por su estadio embrionario, las células de muchos órganos de su cuerpo mantienen este tipo de estructura hueca. Entre los órganos con este tipo de estructura se encuentra el aparato digestivo, que tiene una capa epitelial que se enfrenta a un interior del que se absorbe nutrientes. Este funcionamiento asimétrico da al órgano una direccionalidad en concreto. De la misma manera, las células de las glándulas animales, como las salivares o las endocrinas, también se enfrentan a un interior hueco. Pero en este caso, en lugar de absorber substancias (como las del intestino) segregan sustancias.
Daniel Dickinson, W. James Nelson y William Weis, todos de la Universidad de Stanford, han estudiado al estadio final del moho mucilaginoso con un microscopio potente y han descubierto cosas interesantes.

El moho del limo forma el cuerpo fructificante sobre un tallo de pocos milímetros de alto para diseminar así mejor las esporas. Estos investigadores encontraron que la organización y direccionalidad de las células de la parte superior del tallo son muy similares a aquellas células epiteliales de algunos órganos animales.
Además, descubrieron que para que las células de la punta del tallo del moho del limo se organicen como un epitelio necesitan proteínas análogas a las que necesitan las células animales para organizarse entre sí y formar un epitelio. Las proteínas α-catenina y β-catenina encontradas en el moho del limo son bioquímicamente análogas a sus versiones de animales superiores. Cuando los investigadores eliminaron estas proteínas de las células del moho éstas perdieron la habilidad de organizarse correctamente.
El “epitelio” del moho del limo se comporta además de manera similar a los epitelios animales y segrega proteínas que cubren el tallo del cuerpo fructificante para darle la rigidez necesaria y así poder esparcir las esporas mejor.
Dickinson dice no saber si el antepasado común al moho del limo y los animales era capaz de formar epitelios, pero dice que probablemente tenían α-catenina y β-catenina y que estas proteínas seguramente tenían algún papel en la organización celular.