Los órganos artificiales de células madre serán realidad en cinco años





Los expertos mundiales ya asemejan su pionera iniciativa con el primer trasplante cardíaco o con la utilización de la penicilina. Se trata del trascendental proyecto de investigación liderado por la doctora norteamericana Doris Taylor, del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Minesota, quien presentó ayer en Madrid ante los científicos españoles e internacionales, el proceso de creación de un corazón artificial de animales muertos -primero de ratones y luego de cerdos con capacidad contráctil, es decir, de latir, a partir de células madre adultas-.

 
«Es la 'nueva era' de la biomedicina cardiovascular», vaticinó el doctor Francisco Fernández-Avilés, jefe de cardiólogos del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y coordinador junto al doctor Javier Díez, del Centro de Investigación Médica Aplicada y Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra, del simposio internacional sobre 'Avances en la investigación traslacional de las enfermedades cardiovasculares', celebrado durante dos jornadas y auspiciado por la Fundación Ramón Areces.

La técnica utilizada por la doctora Taylor y su equipo consiste, básicamente, en vaciar el corazón de los cadáveres de los animales mencionados y, a partir de su esqueleto, implantar progenitores celulares (células madre adultas) del mismo animal. A juicio de la investigadora, cualquier órgano que reciba circulación puede ser objeto de este proceso, por lo que avanzó que los investigadores que dirige ya han comenzado a trabajar en la creación de otros órganos como el hígado, el riñón, el pulmón y el páncreas.

Aplicación en humanos
Su próximo paso se centrará en utilizar el esqueleto cardíaco de un cerdo para implantarle células progenitoras de humanos. Su aplicación en fase clínica en humanos la situó entre los tres y cinco próximos años, manejando previsiones optimistas y siempre que disponga de recursos económicos.

Doris Taylor explicó que en su investigación no se producen efectos secundarios, ya que se aplica sobre modelos 'in vitro'. Se trata de un «corazón aislado sometido a estimulación artificial». «Al segundo día de implantar las células madre -dijo- se empiezan a notar los primeros latidos. Al cabo de ocho días, se constata la aplicación eficaz en el órgano». Las posibilidades son enormemente amplias, ya que pueden aplicarse a «cualquier órgano que tenga vascularización».