Miden en el cerebro el grado de autodominio que puede permitir a una persona dejar de fumar


Una guerra que consiste en una serie de escaramuzas momentáneas de autocontrol. Así es como un nuevo estudio describe el proceso de alcanzar metas como dejar de fumar.

En estudios anteriores, ya se logró identificar en el laboratorio las tres regiones del cerebro que más intervienen en el proceso de interrumpir un comportamiento habitual o no deseado. También se consiguió en otras investigaciones medir capacidades cotidianas como el autocontrol y calibrar la fuerza de las conductas que nos ayudan a tener éxito.

Pero, hasta ahora, no había sido posible averiguar si esos procesos y sistemas neurales observados en el laboratorio son los mismos que usamos en la vida real.

Determinados a esclarecer la cuestión, y de ese modo tener mejores oportunidades para ayudar a la gente a alcanzar metas como la de dejar de fumar, Elliot Berkman de la Universidad de Oregón, Emily Falk de la Universidad de Michigan, y Matthew Lieberman de la Universidad de California combinaron datos neurológicos y conductuales, en el laboratorio y en la vida cotidiana.


En el estudio participaron 27 fumadores que se inscribieron en un programa para dejar de fumar en Los Ángeles. En la primera parte del estudio se evaluó la capacidad de autodominio de cada persona a la hora de concentrarse en una tarea que podía salir mal por culpa de hábitos adquiridos.

Posteriormente, se sometieron a pruebas de orina y de pulmón relacionadas con el hábito de fumar y se les preguntó sobre sus ansias de fumar y sus hábitos con el tabaco.

Después, mientras desarrollaban su vida cotidiana, y estando ya en el programa para dejar de fumar, los participantes recibían ocho mensajes de texto todos los días. El primero les llegaba poco después de levantarse y el último poco antes de irse a dormir. En cada ocasión, enviaban un mensaje de texto respondiendo a tres preguntas: ¿Cuántos cigarrillos ha fumado desde el control anterior? ¿Cuán intensas, en una escala del 1 al 4, han sido sus ansias de fumar? y ¿Cuán positivo es su estado de ánimo general? Cerca de una semana después de finalizar el período de 21 días, les fueron realizadas las mismas pruebas que al principio.

Los investigadores analizaron los datos de los mensajes de texto en relación con los niveles de actividad cerebral de "inhibición de la respuesta" registrados anteriormente en el laboratorio.

Sus conclusiones: Cuanto más se activaban esas tres regiones del cerebro al completar con éxito en el laboratorio las tareas basadas en el autodominio, más probabilidades tenía la persona de evitar caer en la tentación de fumarse un cigarrillo cuando estaba inmersa en su estilo de vida habitual.