El uso del teléfono móvil altera la actividad cerebral




Un reciente estudio relaciona la exposición a la radiación del teléfono móvil con una alteración en la actividad cerebral. Su riesgo vuelve a preocupar.



según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la generalización en el uso del teléfono móvil ocurrió en 1990 y hoy habría unos 4.600 millones de contratos en nuestro planeta. Los usuarios se preocupan, básicamente, de la posible relación entre su utilización y las enfermedades oncológicas. Hace dos años, la Comisión Europea encargó al Comité Científico sobre Nuevos Riesgos para la Salud un estudio en el que se terminó afirmando la falta de evidencias que vinculen a las ondas emitidas por los móviles con la aparición de tumores malignos en el cerebro.
Pero actualmente sí sigue existiendo una preocupación latente, dado que los actuales niños y adolescentes sufrirán de una exposición acumulada más elevada que los adultos de hoy. Y, por este motivo, la OMS afirma que se están realizando diversos estudios para investigar los efectos que sobre la salud de estos podrían tener el uso prolongado del teléfono móvil a lo largo de la vida.

Naturaleza de y exposición a los campos electromagnéticos


Los campos electromagnéticos son inevitables y estamos constantemente expuestos a ellos. Mayoritariamente, se nos presentan en forma de radiaciones de baja frecuencia emitidas desde objetos como los electrodomésticos o las fuentes de corriente. También estamos expuestos a los de radio-frecuencias desde teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos, antenas repetidoras de telefonía y televisión, así como por las torres de transmisión radiofónica. Nuestros mismos cuerpos producen campos electromagnéticos desde la actividad eléctrica del cerebro y corazón.
La radiación ionizante –la producida por los rayos X, escáneres de tomografías computarizadas y bombas nucleares– produce daños irreparables en el organismo y está clasificada como carcinógeno. Pero la radiación de baja frecuencia y de radio-frecuencia son del tipo de las radiaciones no ionizantes, consideradas como de poco riesgo para la salud. Este tipo de radiación no es lo suficientemente poderosa como para romper enlaces químicos y no sería capaz de causar ningún daño celular que derive en alguna enfermedad. Se encuentra en todos lados. De alguna manera, estaríamos inmersos en un mar de radiaciones no ionizantes que, en principio, sería inocuo.

Un reciente estudio relaciona el uso del móvil con un aumento en la actividad cerebral


Pero según un reciente estudio en una revista especializada –Journal of the American Medical Association (JAMA)– los teléfonos móviles emiten ondas para las que el cerebro humano sí es sensible. Los autores, científicos del Instituto de Salud estadounidense (NIH), observaron cambios en la actividad cerebral de 47 voluntarios mientras se encontraban utilizando este objeto.
Según palabras de la doctora Nora D. Volkov –responsable de este trabajo– a pesar de la debilidad de las ondas emitidas por los teléfonos móviles, estas son capaces de producir un aumento del 7% en la actividad de la zona del cerebro cercana a la antena. Aunque como resultado de esta investigación se asegura que este trabajo tan solo establecería una relación directa entre el móvil y este cambio en el cerebro, se afirma que se desconoce si supondría un efecto dañino y si se trata o no de un dato relevante. Para ello, sería necesario llevar a cabo ensayos que establezcan, a largo plazo, los efectos de estas ondas sobre la salud.

Recomendaciones en el uso del teléfono móvil


Pero ante la evidencia, son muchas las voces de especialistas en neurofisiología que recomiendan el uso del aparato en modo manos libre de una manera sistemática y tratar de enviar más mensajes de texto antes de mantener conversaciones prolongadas.
Quizá, a la hora de hacer un uso seguro del móvil habría que tener en cuenta los siguientes aspectos:
  1. El aparato solo transmite energía cuando está encendido.
  2. Aumentando su distancia con el usuario, la exposición a las radiofrecuencias desciende rápidamente.
  3. Reduciendo la cantidad de llamadas y su duración, también se consigue reducir significativamente esta exposición .
  4. El uso del móvil en áreas de buena recepción también implica un descenso en el nivel de exposición, al emitirse tal radiación a más reducida potencia.








Copyright del artículo: Manuel Rodríguez Falcón.