Además de los planetas principales, el Sistema Solar está compuesto por muchos más cuerpos celestes.
Alrededor de la mayoría de los planetas giran satélites, de manera similar a la Luna en torno de la Tierra. En Astronomía, el término satélite se aplica en general a aquellos objetos en rotación alrededor de un astro, este último es de mayor dimensión que el primero; ambos cuerpos están vinculados entre sí por fuerzas de gravedad recíproca.
En general, a los satélites de los planetas principales se les llama lunas, por asociación con el nombre del satélite natural de la Tierra.
Los diferentes planetas poseen distinta cantidad de lunas. El número total en el Sistema Solar es alto y aún se considera incompleto, ya que se continúa encontrándose nuevas lunas. No se conocen lunas en Mercurio ni en Venus y tampoco ningún satélite que posea una luna.
- Satélites de La tierra:
La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema Solar. Es el satélite natural más grande en el Sistema Solar en relación al tamaño de su planeta, y es el segundo satélite más denso después de Ío. . Se encuentra en relación síncrona con la Tierra, siempre mostrando la misma cara; el hemisferio visible está marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los destacados astroblemas. A pesar de ser el objeto más brillante en el cielo luego del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón.
La influencia gravitatoria de la Luna produce las corrientes marinas,[cita requerida] las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que tenga en el cielo el mismo tamaño que el Sol, permitiendo a la Luna cubrir exactamente al Sol en eclipses solares totales.
- Satélites de Marte:
Los satélites de Marte fueron descubiertos por el astrónomo estadounidense Asaph Hall en 1877, y fueron bautizados por él, dándole los nombres de los dos hijos que en la mitología griega acompañaban en la batalla a Ares (llamado Marte por los romanos), dios de la guerra: Fobos (miedo) y Deimos (terror).
- Satélites de Júpiter:
Los satélites de Júpiter corresponden al grupo de satélites que orbitan al planeta Júpiter, existen 63 satélites naturales conocidos, de los cuales hay 4 satélites galileanos llamados Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, que son los más conocidos.
- Satélites de Saturno:
El planeta Saturno tiene un gran número de satélites (62, y 3 posibles más), el mayor de los cuales, Titán, es el único satélite del Sistema Solar con una atmósfera importante. El sistema de satélites de Saturno ofrece varios ejemplos interesantes de dinámica orbital, tales como satélites coorbitales, satélites troyanos y satélites pastores. Algunos satélites también se encuentran en resonancia entre sí.
Los satélites que se conocen desde antes del inicio de la investigación espacial son: Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Titán,Hiperión, Jápeto y Febe.
En el año 2004 fueron detectados 12 nuevos satélites, cuyas órbitas sugieren que son fragmentos de objetos mayores capturados por Saturno, y cuya existencia ha sido confirmada por la misión Cassini-Huygens
· Satélites de Urano:
Urano tiene 27 satélites conocidos y todos tienen nombre definitivo. Los más importantes son (del más grande al más pequeño):Titania, Oberón, Umbriel, Ariel y Miranda. Estas son las llamadas «lunas clásicas» y eran las únicas conocidas antes de la Era espacial. Ninguno de los satélites de Urano tiene atmósfera.
Titania y Oberón son los dos satélites más grandes y los primeros que fueron descubiertos, en el año 1787 por William Herschel.
El año 1986, la sonda Voyager 2 descubrió 10 más, de entre 40 y 80 km de diámetro, con excepción de Puck que tiene 160 km. Estos son (por orden alfabético): Belinda, Bianca, Cordelia, Creseida, Desdémona, Julieta, Ofelia, Porcia, Puck y Rosalina.
Dos de los nuevos satélites son satélites pastores de los bordes interior y exterior del anillo épsilon que es el más externo. Se trata de Cordelia y Ofelia. Los otro ocho siguen órbitas circulares entre los anillos y Miranda, la más interior de los grandes satélites anteriores a la era espacial. Puck es el más externo de los 10 satélites descubiertos, el más próximo a Miranda, el más grande y el primero en ser descubierto, casi un mes antes del encuentro de la nave con Urano. Posteriormente, a partir de los años 90, el Telescopio espacial Hubble ha permitido aumentar el número de satélites conocidos hasta 27.
¿ESTAMOS SOLOS EN EL SISTEMA SOLAR ?
Las atmósferas de los planetas vecinos y las temperaturas que en ellos reinan, no son precisamente las más idóneas para que la vida germine en ellos. Sin embargo, en algún que otro satélite, como es el caso de la luna de Júpiter, Europa, que constituye un mundo completamente helado aunque debajo de la superficie (así se cree) podría existir un océano de agua no tan fría y calentada gracias a la influencia de las mareas de Júpiter, ¿quién podría asegurar que allí, en presencia de agua líquida, no podría haber alguna forma de vida?
Titán, con una atmósfera de metano y nitrógeno y en cuya superficie podría haber nitrógeno líquido y compuestos orgánicos sólidos. Lo que también se puede decir de Tritón, el satélite de Neptuno. Así que, son tres satélites que podrían (es concebible) tener alguna forma de vida.
Sin embargo, hasta el momento, son sólo conjeturas. El único objeto del Sistema Solar que está a una distancia idónea del Sol, que tiene los elementos y condiciones precisas para la formación de la vida (temperatura, atmósfera, etc), es el planeta Tierra.
Los 5 puntos donde es más probable encontrar alguna forma de vida:
1. Encélado
De este satélite, la sexta luna más grande de Saturno, se ha dicho que es la apuesta más prometedora para la vida gracias a su acogedora temperatura y la probable presencia de agua y moléculas orgánicas simples. Se cree que la superficie de esta luna está compuesta en un 99% de hielo de agua, con una buena oportunidad de albergar agua líquida por debajo. Las observaciones de la sonda Cassini durante elsobrevuelo de 2005 sobre Encélado, sugieren la presencia de carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno – moléculas orgánicas necesarias para el desarrollo de la vida. Y la luna parece contar con un núcleo incandescente de roca fundida, lo cual podría aportar el calor necesario para que la vida se vaya cociendo a fuego lento.
2. Europa
Esta luna joviana parece un buen territorio para la vida extraterrestre debido a la presencia potencial de agua y actividad volcánica. Aunque la superficie parece estar congelada, muchos sospechan que enterrado bajo ella existe un océano de agua líquida. La actividad volcánica en la luna podría proveer el calor necesario para el mantenimiento de la vida, así como los compuestos químicos que los organismos vivos pudieran necesitar. La potencial vida microbiana podría sobrevivir cerca de los afloramientos hidrotermales de Europa, tal y como sucede en la Tierra.
3. Marte
En cuanto a planetas candidatos, Marte es con mucho el primero de la lista entre nuestros vecinos. El planeta rojo es el mundo más similar a la Tierra, con un tamaño y un rango de temperaturas comparativamente similar al de nuestro planeta. En los polos marcianos existen grandes masas de agua helada, y existe una probabilidad razonable de encontrar agua líquida bajo la superficie. La tenue atmósfera sobre el planeta no es lo bastante fuerte como para protegerle de la letal radiación sola, aunque los potenciales microbios podrían prosperar bajo la superficie marciana. Las evidencias sugieren también que Marte pudo haber sido un mundo mucho más habitable en el pasado. Sus rasgos geológicos implican la pasada presencia de agua líquida a lo ancho de la superficie, así como la existencia de actividad volcánica ahora detenida. Todo esto pudo permitir en el pasado el reciclaje de compuestos químicos y minerales entre la superficie y el interior del planeta.
4. Titán
La mayor luna de Saturno es otra de las sospechosas de albergar vida, ya que su gruesa atmósfera es rica en compuestos que muy a menudo señalan la presencia de organismos vivos. Por ejemplo, el aire de Titán está repleto de metano, el cual normalmente es destruido por la luz del sol. En la Tierra, la vida repone constantemente el metano que el sol destruye, por lo tanto en Titán podría estar sucediendo algo similar. No obstante Titán es demasiado frío, y el agua líquida – en caso de existir – debería estar a mucha profundidad bajo la superficie helada.
5. Ío
La luna joviana Ío es uno de los pocos satélites del sistema solar que cuenta con atmósfera, y además contiene compuestos químicos complejos prometedores para la vida. El vulcanismo de la luna la hace también más cálida que otras más gélidas, otra buena señal. Aunque por otro lado Ío es una apuesta bastante arriesgada, su ubicación en el interior del campo magnético de Júpiter significa que está siendo bombardeado constantemente por radiación letal. Su violenta superficie también parece poco hospitalaria, con temperaturas a menudo demasiado frías para sustentar la vida, así como puntos candentes igualmente mortíferos.